La evolución de las conciencias sociales se ha trasladado a todos los sectores sociales y de la vida. La preocupación porque las personas discapacitadas puedan disfrutar igualmente de la ciudad ha hecho que las urbes adapten su arquitectura para convertirse en localidades accesibles.
Reducción de alturas, eliminación de bordillos, semáforos adaptados para invidentes… Son muchas las acciones que se cometen desde las áreas de urbanismo, que son seguidas muy de cerca por los particulares, que quieren que sus propios espacios de oficinas y edificios sean totalmente transitables para cualquier persona, sea cual sea su condición.
Los edificios nuevos ya incluyen rampas de acceso, ascensores accesibles y un sinfín de facilidades, pero las construcciones más antiguas adolecen de no haber sido adaptadas en su momento. Afortunadamente, existen ayudas a la accesibilidad en edificios que permiten que los propietarios de los inmuebles realicen inversiones encaminadas a construir una ciudad para todos.
En qué consisten las ayudas a la accesibilidad en edificios
El objetivo de este tipo de ayudas es hacer posible la ejecución de obras, reformas y adaptaciones que hagan los edificios y los accesos a viviendas más accesibles, eliminando cualquier posible barrera arquitectónica.
Cada comunidad autónoma lanza sus propias ayudas, que pueden diferir en algún punto, pero de manera general, estas ayudas están pensadas para la instalación de ascensores nuevos o modificación de los antiguos, eliminación de escalones y desniveles, construcción de rampas o adecuación de pasillos y puertas, entre otras.
Por supuesto, también se valora la instalación de cualquier tipo de estructura elevadora o salva-escaleras para aquellos casos en los que resulte imposible realizar algunas de las obras anteriores o donde este último punto sea ma´s efectivo.
Las ayudas están dispuestas para todas aquellas comunidades de vecinos, empresas o particulares que nunca se hayan beneficiado de estas subvenciones y ya hayan ejecutado las obras de adecuación necesarias para su inmueble.
Además, hay que cumplir otro tipo de criterios, como que exista alguna persona con movilidad reducida habitando el lugar o, en su defecto, personas que ya hayan cumplido los 75 años. Estos son criterios esenciales, puesto que las obras de accesibilidad y adaptación priorizan estos espacios donde la eliminación de barreras ya es necesaria por motivos obvios.
Como se ha indicado, estas condiciones mínimas también pueden variar levemente de una ciudad a otra o entre las distintas comunidades autónomas del país.
Solicitud de ayudas
Todas estas ayudas se publican con un amplio margen de tiempo y se pueden presentar de manera telemática gracias a las distintas plataformas de gestión pública que permiten trabajar con DNI Electrónico o firma digital.
Basta con hacer como con cualquier otra subvención: leer el pliego de condiciones, valorar las adaptaciones que se requieren, presentar la documentación adecuada y esperar la resolución de la administración pública.
Este tipo de iniciativas son esenciales para construir las ciudades del futuro y del presente: espacios abiertos a todos, donde la discriminación espacial sea cosa del pasado y las barreras arquitectónicas se hayan derribado por completo. Las ayudas a la accesibilidad en edificios son el primer paso y ofrecen el impulso necesario para lograrlo.